El trágico viaje de Abu Bakar y los 43 Pakistaníes

Publicado el 30-01-2025 | Autor: Un cibernauta milenario

un cayuco abarrotado de migrantes en el mar, con olas agitadas y cielo nublado

El Trágico Viaje de Abu Bakar y los 43 Pakistaníes que Perdieron la Vida en las Aguas Canarias

La tragedia que envolvió a Abu Bakar y a un grupo de 43 pakistaníes, incluidos 12 hombres del mismo pueblo, ha marcado una de las mayores catástrofes en la ruta migratoria hacia Europa. Esta historia está vinculada a la desesperación de aquellos que, con la esperanza de un futuro mejor, arriesgaron sus vidas en un peligroso viaje a través del océano Atlántico, solo para perderlas en el intento.

El Sueño Europeo y la Travesía Comienza

Abu Bakar, residente en el pueblo de Jaurah, una localidad pakistaní situada entre Dinga y Llamusa, en la provincia de Punjab, tenía un solo objetivo: llegar a Europa. Con una determinación inquebrantable, decidió vender sus propiedades y pagar una enorme suma de dinero a un traficante de personas para intentar conseguir su sueño. Esta suma, equivalente a unos 10.346 euros, fue la que pagó para iniciar un viaje que lo llevaría hasta Senegal, su primer destino en África.

El Viaje a África y la Aterradora Subida al Cayuco

Una vez en Senegal, la travesía de Abu Bakar y su grupo de compatriotas comenzó a complicarse. Fueron trasladados por carretera hasta la costa de Mauritania, donde los obligaron a subir a un cayuco, una embarcación precaria que, para muchos, representaba el último tramo de un viaje sin retorno. En total, 86 personas fueron amontonadas a bordo, muchas de las cuales, como Abu Bakar, pagaron cantidades exorbitantes por esta travesía. Aquellos que mostraban miedo o se negaban a embarcarse eran intimidados y se les arrebataban sus móviles, como le ocurrió a Sufyan Ali, quien logró enviar un último mensaje a su padre para alertarle sobre las condiciones extremas.

La Tragedia en el Mar y la Larga Espera

El cayuco, que zarpó el 2 de enero desde la costa de Mauritania con destino a Canarias, nunca llegó a su destino. El mal tiempo y las condiciones extremas provocaron que la embarcación volcara. Los sobrevivientes, muchos de ellos en shock y desnutridos, permanecieron a la deriva durante más de dos semanas. Finalmente, el 15 de enero, el barco pesquero marroquí Diali avistó el cayuco cerca de Dajla, una ciudad portuaria en el Sáhara Occidental. A bordo, había 35 supervivientes, pero también 15 cadáveres. Los hombres de Pakistán, que habían soñado con un futuro mejor, fueron ahora parte de las estadísticas de una de las rutas migratorias más mortales del mundo.

El Impacto en Pakistán y las Reacciones Internacionales

La tragedia caló hondo en Pakistán, un país ya acostumbrado a la migración de su población en busca de mejores oportunidades en Europa. La noticia del naufragio de este cayuco, con 44 pakistaníes entre los fallecidos, conmocionó a toda la nación. El presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, instó a tomar medidas más estrictas para combatir el tráfico de personas, mientras que el primer ministro, Shehbaz Sharif, ordenó enviar equipos de investigación para esclarecer lo sucedido.

un cayuco abarrotado de migrantes en el mar, con olas agitadas y cielo nublado

El Tráfico de Personas: Una Realidad en Pakistán

Este tipo de tragedias no son algo aislado. El tráfico de personas ha existido en Pakistán durante años, pero en los últimos tiempos ha adquirido una nueva dimensión. Mientras que antes las rutas migratorias más populares pasaban por Turquía, Grecia e Italia, el control de fronteras más estricto en estos países ha llevado a los migrantes a buscar nuevas rutas, como la de las islas Canarias. Ahmed Sardar, portavoz de la organización Pak Federación España, explica que las mafias cada vez se vuelven más violentas, recurriendo a palizas y abusos para forzar a los migrantes a emprender este peligroso viaje.

La Ruta Canaria: La Más Mortal del Mundo

Según datos de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex), más de 50.000 migrantes intentaron alcanzar las islas Canarias en 2024, muchos de ellos en condiciones extremas. Esta ruta se ha convertido en la más mortal del mundo, con una media de 28 muertes diarias en el trayecto. Las cifras son alarmantes: en solo un año, más de 9.700 vidas se perdieron en las aguas del Atlántico. Los informes de ONGs como Caminando Fronteras, que monitorean estas tragedias, no hacen sino confirmar el horror de este viaje para muchos migrantes.

El crecimiento de la migración asiática hacia Canarias

Si bien tradicionalmente la mayoría de los migrantes que llegan a Canarias provienen de África, en los últimos años se ha registrado un crecimiento en el número de migrantes asiáticos, especialmente pakistaníes. Entre enero y noviembre de 2024, llegaron a las islas más de 200 pakistaníes, un número que aumentó considerablemente en diciembre, cuando llegó un cayuco con 75 personas, 53 de ellas pakistaníes. Este fenómeno refleja el aumento de la desesperación en otras partes del mundo y la creciente preocupación por las políticas migratorias en Europa.

El dolor de las familias y la larga espera de respuestas

Para las familias de los migrantes, el sufrimiento no solo se limita a la tragedia misma, sino también a la incertidumbre. En Pakistán, muchas familias no sabían si sus seres queridos habían sobrevivido o fallecido. Las mafias, temerosas de las pruebas de abuso, a menudo les quitan los teléfonos móviles para evitar que se documenten las condiciones de los viajes. Razia Bibi, una madre de Punjab, ha tenido suerte al saber que su hijo ha sobrevivido. Sin embargo, muchas otras familias no han tenido la misma suerte.

La tragedia del viaje hacia la esperanza

La historia de Abu Bakar y los 43 pakistaníes es solo una de las muchas que ocurren cada año en la peligrosa travesía hacia Europa. Sin embargo, esta tragedia ha logrado captar la atención de muchos, poniendo de manifiesto la desesperación de aquellos que huyen de una vida de pobreza y violencia. Mientras los gobiernos y organizaciones internacionales luchan contra el tráfico de personas, las víctimas siguen siendo las mismas: hombres, mujeres y niños que solo buscan una vida mejor. El sufrimiento de estos migrantes continúa, y la tragedia en el mar no es más que un reflejo de la realidad que enfrentan diariamente.