El códice Arundel el cuaderno de bocetos más caótico de Leonardo

Publicado el 12/2/2025, 17:29:23 | Autor: Un cibernauta milenario

Esbozos caóticos del códice Arundel con diseños mecánicos y anotaciones dispersas de Leonardo da Vinci

El códice Arundel la libreta de notas más desordenada de Leonardo 📜

Si alguna vez has tomado notas durante una reunión, una clase o mientras intentabas recordar una receta, sabrás lo caótico que puede ser el resultado. Ahora imagina hacer lo mismo, pero con teorías revolucionarias sobre mecánica, arquitectura y matemáticas, y sin ninguna intención de ordenarlo después. Felicidades, acabas de recrear el códice Arundel, la libreta de notas más desordenada del Renacimiento 🤯.

Una libreta sin estructura y con demasiadas ideas

Leonardo da Vinci, además de pintar y diseñar máquinas voladoras, tenía el mal hábito de escribir todo lo que pasaba por su cabeza sin preocuparse demasiado por la organización. El códice Arundel es el resultado de esa costumbre, un manuscrito lleno de dibujos, cálculos y anotaciones sin un orden aparente. No hay capítulos, no hay índice, ni siquiera hay una página que diga aquí empieza algo importante. Solo hay ideas, muchas, en un caos absoluto 📖.

Para ponerlo en perspectiva, es como si hoy alguien tomara apuntes en un cuaderno, pero en cada página escribiera sobre un tema completamente distinto. En la primera, un boceto de un puente; en la segunda, un cálculo matemático incomprensible; en la tercera, un diseño de una máquina que parece sacada de una película de ciencia ficción. Y así hasta completar casi 300 páginas de puro desorden intelectual.

Cuaderno del códice Arundel con engranajes y fórmulas matemáticas en pergamino antiguo

Pero qué demonios hay en este códice

A pesar de su falta de estructura, el códice Arundel es una mina de oro de conocimiento renacentista. Dentro de sus páginas se encuentran:

Leonardo y su incapacidad para centrarse en una sola cosa

Hoy en día, se habla mucho de la multitarea y de cómo hacer varias cosas a la vez puede afectar la productividad. Pero da Vinci no solo practicaba la multitarea, sino que parecía incapaz de no hacerlo. Su mente saltaba de un concepto a otro con la rapidez de un navegador con demasiadas pestañas abiertas. Mientras que una persona normal tomaría notas ordenadas en distintos cuadernos, él simplemente anotaba todo en el mismo sitio y seguía adelante 🏗️.

Es difícil saber si Leonardo tenía pensado organizar todas estas ideas en algún momento, o si simplemente asumió que el futuro se encargaría de ponerlas en orden. Lo que sí es seguro es que, sin importar lo desordenado que parezca, cada página del códice Arundel está llena de genialidad.

Taller renacentista con ingenieros analizando el códice Arundel y sus bocetos desordenados

La joya perdida y recuperada

Como muchos de los escritos de da Vinci, el códice Arundel tuvo un recorrido accidentado antes de acabar en su hogar actual, la Biblioteca Británica. Fue adquirido en el siglo XVII por Thomas Howard, el conde de Arundel, de ahí su nombre. Antes de eso, había pasado de mano en mano, sobreviviendo a los estragos del tiempo, los cambios de dueño y la probabilidad de que alguien lo tirara por accidente al confundirlo con un montón de papeles viejos.

Hoy en día, es considerado una de las obras más valiosas del legado de Leonardo, aunque cualquiera que lo abra por primera vez probablemente se pregunte si hay un manual de instrucciones para entenderlo. La falta de estructura puede ser desconcertante, pero al final, es parte del encanto del códice.

Un manuscrito que nos deja muchas preguntas

Entre las muchas cosas que el códice Arundel nos muestra, hay algunas cuestiones que todavía siguen sin respuesta:

Conclusión el caos también es brillante

El códice Arundel es la prueba de que el desorden no es sinónimo de falta de creatividad. Es un manuscrito que, aunque parezca un montón de ideas sin relación, esconde un conocimiento profundo en cada página. Leonardo pudo haber sido el peor organizador de notas de la historia, pero su genialidad es innegable.

Así que la próxima vez que alguien te critique por tener un escritorio lleno de papeles sin sentido, recuérdale que da Vinci también tenía el suyo hecho un desastre. Y si alguien se queja de tu falta de organización, dile que estás trabajando a la manera del Renacimiento 😆.