Publicado el 30-01-2025 | Autor: Un cibernauta milenario
Ignacio Goitia, pintor de origen bilbaíno, ha alcanzado una popularidad considerable, no solo por su obra artística sino también por su conexión con el mundo de la aristocracia europea. Su estilo único, que fusiona elementos históricos con un toque de modernidad irreverente, ha captado la atención de diversas figuras del alto standing. Goitia ha logrado elevar al arte una combinación de temas aparentemente dispares, como los desnudos masculinos y las jirafas, creando piezas que se convierten en objetos de culto en el panorama artístico actual.
Una de las relaciones más destacadas de Goitia es la que mantiene con Flore de Brantes, condesa de la Moussaye, quien también ocupa un lugar central en su vida profesional. El pintor, que se ha hecho conocido por su participación en la reforma de un castillo francés, el château de Le Fresne, ha sido la figura clave en la restauración de este monumental edificio, que sufrió daños a causa de un incendio en 2021. Le Fresne, una propiedad que pertenece a la sobrina del expresidente de Francia Valéry Giscard d'Estaing, tiene una historia que ha atraído a numerosas figuras ilustres como la reina de Tailandia, Mick Jagger y la emperatriz Farah Dibah.
El reportaje publicado en la revista ¡Hola! pone de manifiesto no solo el talento de Goitia, sino también la atmósfera de lujo y glamour que rodea su obra y sus relaciones sociales. La propiedad, que abarca más de 570 hectáreas de terreno, está decorada con el tipo de detalles que caracterizan el estilo de vida de la alta sociedad europea. El castillo, que alberga una iglesia, establos, pabellones subterráneos y graneros, es también un lugar de encuentro para eventos de alto copete, con familias como los Montesquieu, los Rochefoucauld, los Astor y los Brissac entre sus invitados más frecuentes.
La contribución más destacada de Goitia a la reforma de Le Fresne fue un mural en el techo del comedor principal del castillo. Esta pieza, que representa a la condesa Flore montando un elefante, se convirtió en una de las obras más emblemáticas de su carrera. Goitia aceptó el encargo tras una sugerencia de la condesa, quien le pidió que el tema estuviera relacionado con India y, preferiblemente, con elefantes. El pintor describe con emoción el momento en que vio el mural terminado, reconociendo la trascendencia de formar parte de la historia de un edificio tan icónico.
El día que vi el techo terminado fue muy emocionante para mí. Casi se me saltaban las lágrimas y no podía dejar de sonreír, afirmó Goitia, recordando el impacto de su trabajo en el castillo.
La relación entre Goitia y Flore no se limita únicamente al ámbito artístico. El pintor recuerda cómo conoció a la condesa en 2007, durante su estancia en la Cité des Arts de París, una experiencia que cambió su vida. La amistad que surgió entre ellos no solo ha influido en su carrera artística, sino también en su vida personal. Goitia también destaca el papel de Alejandro Muguerza, su pareja y reconocido interiorista, quien se encargó de la decoración floral del castillo, añadiendo un toque de sofisticación y armonía a la atmósfera del lugar.
El trabajo de Goitia en Le Fresne, que abarca desde la creación de vajillas y fulares hasta la restauración de piezas de gran valor histórico, refleja su capacidad para fusionar la historia con la modernidad de una forma única. Su habilidad para capturar momentos de la vida cotidiana y transformarlos en arte ha sido clave en su éxito. El pintor ha logrado crear una conexión profunda con la historia del lugar, sin dejar de imprimir su sello personal y contemporáneo.
En resumen, la historia de Ignacio Goitia es un claro ejemplo de cómo el arte puede trascender las barreras del tiempo y la cultura. A través de su obra, Goitia ha logrado no solo embellecer espacios de gran importancia histórica, sino también dejar una huella imborrable en la alta sociedad europea, que valora tanto su talento como su capacidad para entender y reinterpretar el pasado desde una perspectiva moderna y fresca.