Publicado el 8/2/2025, 13:41:00 | Autor: Un cibernauta milenario
El cuarto mandamiento no deja lugar a dudas: honrarás a tu padre y a tu madre. Fácil de decir, difícil de aplicar cuando uno recuerda todas las veces que le negaron un helado, lo obligaron a ponerse suéter en verano o le dieron consejos de vida que nadie pidió. Y, sin embargo, aquí estamos, tratando de cumplir con esta noble misión.
Honrar a los padres no es solo enviar un mensaje en su cumpleaños o fingir que se escuchan sus historias por enésima vez. Existen ciertas reglas que, aunque no aparecen en piedra, son de cumplimiento obligatorio:
Los padres dominan una técnica milenaria conocida como chantaje emocional. Ante la más mínima señal de desobediencia, sacan frases legendarias como:
Cuando tengas hijos, me entenderás
Después de todo lo que hice por ti, así me lo pagas
No importa la época o la cultura, estas frases han pasado de generación en generación como un software preinstalado en todos los progenitores. Y lo peor es que, de alguna manera, siempre funcionan.
Aunque el proceso sea complicado, el cuarto mandamiento viene con un beneficio prometedor: una vida larga y próspera. No hay evidencia científica de que escuchar los consejos paternos aumente la esperanza de vida, pero evitar discusiones y hacerles caso reduce el estrés, lo cual es casi lo mismo.
En conclusión, honrar a los padres no es solo una obligación divina, sino un arte de supervivencia. Porque al final, aunque insistan en dar consejos innecesarios o tengan una opinión sobre todo, siempre estarán ahí para preguntar si uno ha comido y recordarle que lleve chaqueta por si hace frío 😆.