Semana santa con tradiciones, procesiones y torrijas

Publicado el 21/4/2025, 12:05:21 | Autor: Un cibernauta milenario

Ilustración humorística de una procesión de Semana Santa con nazarenos agotados, turistas tomando selfies y niños disfrutando de torrijas.

La semana santa: el gran desfile de tradiciones y arrepentimientos

La semana santa, ese momento del año en el que parece que el universo entero se detiene para hacer un repaso de sus pecados y una revisión general de la fe, sin olvidar las procesiones, los “y ya te lo dije” y los interminables fines de semana con la familia. Es ese evento de la primavera en el que todos, hasta los más escépticos, se sienten un poco más católicos, porque claro, nadie quiere ser el único sin quejarse del calor durante la procesión de turno. 🌞

El calentamiento global y las procesiones: un cóctel explosivo

Este año, las procesiones vienen con un extra de calor que ha pillado desprevenidos a más de uno. Mientras que los nazarenos, esos héroes anónimos de las túnicas largas y capirotes, han descubierto que “túnica de felpa” no es el mejor material para los 30 grados a la sombra, los turistas han llegado a la conclusión de que la mejor manera de disfrutar de la semana santa es a base de mojitos y selfies. 🍹

Y es que si hay algo que se ha hecho común estos últimos años, es ver cómo el cambio climático se une a la tradición religiosa con un toque de surrealismo. ¿Quién necesita la pasión de Cristo cuando tienes el sudor de una procesión mezclado con el aire acondicionado de la tienda de souvenirs más cercana? ¡Todo un planazo! 🤷‍♂️

La tradición de la semana santa: ¿tradición o excusa para no hacer dieta?

Una de las costumbres más arraigadas de la semana santa es la comida, porque no hay nada como la combinación de rituales religiosos y gastronomía. Las torrijas, esos panes empapados en leche que se bañan en azúcar, son la estrella indiscutible de esta fiesta. Nadie sabe cómo ni por qué, pero todas las madres aseguran que las torrijas tienen “algo especial” que las hace irresistibles. Eso sí, después de comer tres o cuatro, ya se está uno sintiendo como el santo que se ha quedado a 30 minutos de su meta: en un estado de semi-arrepentimiento, con el pantalón un poco más apretado, y pensando que la cuaresma debería durar 40 días solo para hacer espacio a las torrijas. 🍞

Las procesiones y el ejercicio físico: ¿un deporte extremo?

Es cierto que las procesiones son una actividad que requiere esfuerzo. No estamos hablando de una caminata tranquila por el parque, no. Se trata de horas y horas con un paso más lento que la cola del supermercado en fin de semana, aguantando la cruz y el calor. Lo que algunos llaman “soportar la procesión” otros lo conocen como “entrenamiento para maratón”, y aunque el ritmo no es el de Usain Bolt, seguro que es el mejor cardio de toda la semana. Y sí, ya se ha comprobado que ese minuto de descanso bajo el farol que se convierte en “el más esperado” está directamente relacionado con la cantidad de agua consumida y las crisis de ansiedad. 💦

La semana santa en tiempos de Instagram: ¿procesión o foto perfecta?

Ahora que todos tenemos un teléfono en el bolsillo, nadie se escapa de la tentación de sacar la foto perfecta para Instagram. Las procesiones, que antaño eran un símbolo de devoción, se han convertido en un desfile de influencers capturando la imagen ideal. Eso sí, entre el paso lento de la procesión, las personas intentando que su ángulo sea el más favorecedor y la abuela que no para de gritar que la cámara está mal, se ha creado una auténtica competición: ¿quién logrará el mejor ángulo para la foto de la Semana Santa? Y mientras tanto, los nazarenos siguen su camino hacia la iglesia, sin sospechar que en las redes sociales hay toda una guerra de hashtags como #SemanaSantaGoals y #NazarenoDeInstagram. 📸

Los “milagros” de la semana santa: ¡todo es posible!

Y en medio de todo esto, nos encontramos con los “milagros” de la semana santa, esas pequeñas sorpresas que nadie espera pero que todos disfrutan. Como cuando llueve durante las primeras horas del día y luego, por arte de magia, el sol aparece justo a tiempo para la procesión. ¿Será obra divina? ¿O simplemente la naturaleza jugando a ser un buen asistente de producción? El caso es que, por más que nos esforcemos en encontrar explicación, siempre parece que todo se alinea perfectamente para que podamos disfrutar de lo que queremos: sol, calor y procesión sin lluvia. ☀️

La semana santa: más que religión, una excusa para la reunión familiar

Al final, lo que verdaderamente importa de la semana santa no es la procesión, ni las torrijas, ni las largas horas bajo el sol. Lo que realmente marca la diferencia es la excusa perfecta para reunir a la familia. La tía que lleva 3 años sin ver a nadie se presenta, el primo que vive en otro país también hace su aparición, y claro, al final, todo se reduce a recordar esos momentos de antaño, a las historias que se repiten cada año, y a la tan esperada frase: “Este año, no me voy a comer ni una torrija”. Y sí, al final, uno se lleva el “premio gordo” de haber comido 8 y haber dado 10 besos. 🙄

La semana santa: una tradición que nunca pasa de moda

Así que, si alguna vez alguien te pregunta por qué la semana santa sigue siendo tan importante, la respuesta es clara: porque es un cóctel perfecto entre religión, tradición, familia y un toque de humor involuntario. Porque, seamos honestos, las procesiones son más fáciles de aguantar con una buena ración de torrijas, y los milagros no se hacen esperar cuando se trata de sacar la foto perfecta para Instagram. Si aún no te has unido al grupo, es hora de hacerlo: ¡te esperamos con los brazos abiertos y con las torrijas listas! 😜