La sorprendente vida de un vigilante de seguridad

Publicado el 23/2/2025, 15:50:21 | Autor: Un cibernauta milenario

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El sorprendente mundo de la seguridad privada: más de lo que esperas

Al principio, a Roberto Martínez la idea de unirse a la seguridad privada no le pareció ni remotamente atractiva. Imagínate, un trabajo que no tiene buena prensa, con uniformes marrones que parecen más un disfraz de Halloween que otra cosa. "Al principio no me gustaba, no tiene buena imagen", cuenta este madrileño de 38 años, que al final terminó cayendo en las garras de la seguridad privada. Pero claro, si uno no tiene muchas opciones, a veces toca ponerse la chaqueta de seguridad... aunque sea de color marrón 🍫.

La vida laboral de Roberto: de lo "inestable" a lo... bueno, más inestable

Antes de encontrar su sitio en el mundo de la seguridad, Roberto tenía una carrera bastante incierta. Diplomado universitario, emigró a Reino Unido con la crisis de 2008, porque ¿quién no quiere irse a un lugar donde los acentos son tan incomprensibles como el sentido de la vida? A su vuelta, su currículum parecía una colección de "trabajos que no duran". El último en la lista fue en un aeropuerto, donde según él, la pandemia se encargó de hacer que el trabajo fuera aún más caótico. "¡Es como si todo estuviera en pausa y nadie tuviera control sobre nada!"

Finalmente, el trabajo en seguridad privada llegó como un golpe de suerte, o mejor dicho, un "susto de suerte". Un curso barato, que te permite ingresar en empresas multinacionales, y si sabes inglés... pues ya casi te dan la medalla. Claro, en Madrid siempre hay demanda, ¿pero a qué precio? Ah, sí, a base de horas extras para alcanzar esos sueldos que algunos llaman "competitivos" (si eres optimista).

Un sector lleno de sorpresas... y no tan buenas

El sector de la seguridad privada en España lleva creciendo desde 2015, pero con un pequeño inconveniente: el trabajo, aunque está de moda, no está precisamente lleno de fans. A pesar de que las empresas del sector buscan desesperadamente empleados, encontrar un vigilante adecuado se ha convertido en una misión casi imposible. Y, claro, si miramos los sueldos y la peligrosidad del trabajo... es un poco más comprensible. "Un sueldo bajo, jornadas maratonianas y la gente que te escupe. Ah, sí, ese es el día a día", afirma Cristina López, una veterana del sector con 47 años. Ah, y para rematar, la imagen de "guardia de seguridad" no ayuda mucho a que los jóvenes quieran ingresar al sector.

Los mitos y realidades de ser vigilante de seguridad

Una cosa que parece no cambiar es la forma en que la gente ve a los vigilantes de seguridad. Cuando Cristina López empezó en el sector, la cosa era aún más desordenada. En lugar de una formación oficial, te daban una defensa y ¡a vigilar se ha dicho! No es que lo diga yo, lo dice ella: "Si querías ser capitán general de la seguridad, solo necesitabas una defensa y un par de grilletes". Pero no todo fue tan "épico". A pesar de ser parte del 16% de mujeres en un sector tan masculinizado, Cristina nunca tuvo problema para encontrar trabajo. "Cuando alguien te despide, tiene que ser por algo muy gordo", asegura. Si no, no hay forma de quitarlos del puesto.

El trabajo está tan demandado que las empresas están lanzando packs de bienvenida de hasta 1.000 euros para atraer a los vigilantes. ¡Imagina, que no solo te dan la porra y el uniforme, sino que te pagan por unirte! ¿Quién no quiere ser parte de este emocionante mundo? 😏

¿El trabajo es difícil? Bueno, depende

Pero no todo es tan glamuroso. Cristina, como buena veterana, sabe que la precariedad es uno de los ingredientes principales en la receta del éxito. Y si estás en una empresa pequeña, prepárate para que las horas extras no te las paguen, ni el pago por nocturnidad, ni los festivos. Las grandes empresas cumplen, pero las pequeñas... Bueno, mejor no hablar. "Las pequeñas empresas son como piratas", comenta Fernando Sanandrés, un veterano de la seguridad que tiene más de 30 años en el sector. Según él, esas pequeñas empresas te venden la moto de que todo está bien, pero en realidad te pagan con lo que sobra, si es que sobra algo.

¿Y qué le recomendaría él a sus hijos? "Si no tienen otra opción, pues que lo intenten, pero hoy en día es muy difícil hacerlo una carrera profesional. Es complicado ser vigilante y esperar estabilidad, pero al menos tienes un sueldo. Eso sí, ¡nada de glamour!"

El futuro de la seguridad privada: ¿futuro prometedor o un circo?

Ahora bien, aunque todos estos relatos nos pintan una realidad cruda, el sector sigue creciendo. Y si bien el dinero no es mucho, la estabilidad parece ser el plato principal en este banquete. "No es el trabajo más retador del mundo", afirma Roberto, "pero te da tranquilidad". Quizá no la emoción de ser un superhéroe, pero sí la paz de tener un sueldo que llega cada mes, aunque no sea para salir a comprar un coche nuevo.

Por último, algo está cambiando en cuanto a la formación. Ahora, para obtener la Tarjeta de Identificación Profesional (TIP), ya no es tan fácil como antes. Ahora hay exámenes, pruebas físicas, y hasta formación profesional. Todo un avance, si me preguntas. Pero claro, a lo largo de la historia de la seguridad privada, siempre han sido más leyendas urbanas que avances reales. No cabe duda de que el sector está lleno de historias que podrían llenar un libro de "aventuras extremas". Y si aún no has probado ser vigilante, siempre puedes intentar unirte a este mundo tan “tranquilo” y lleno de desafíos emocionantes. ¡Suerte!

“Lo que importa es la estabilidad, no el glamour”