Publicado el | Autor: Un cibernauta milenario
Novak Djokovic, una leyenda del tenis con 24 títulos de Grand Slam, vivió un episodio tan inesperado como polémico en el último Open de Australia. Su retiro en semifinales, tras luchar contra una lesión muscular, dejó a la grada del Rod Laver Arena dividida entre la incredulidad y el enfado.
El tenista serbio, a sus 37 años, ya había mostrado signos de su limitación física en los cuartos de final frente al español Carlos Alcaraz. Gracias a un intenso trabajo de su equipo médico y el uso de medicamentos, logró avanzar hasta las semifinales. Sin embargo, la lesión en el muslo izquierdo finalmente lo venció.
En un encuentro muy disputado contra el alemán Alexander Zverev, Djokovic perdió el primer set en un ajustado 6-7 (5). Tras fallar una volea clave y estrellar la pelota contra la red, tomó la decisión de retirarse del partido, sorprendiendo tanto a su rival como al público.
El momento del retiro fue abrupto y definitivo. La respuesta de los 15.000 aficionados presentes en el Rod Laver Arena fue de incredulidad y decepción. Muchos despidieron al serbio con abucheos, un gesto que contrastó con su estatus de leyenda del torneo, donde ostenta el récord de diez títulos.
Para defenderse de las críticas, Djokovic compartió horas después una imagen de su resonancia médica, intentando dejar claro que su retiro no fue una decisión tomada a la ligera.
El extenista español y comentarista en Eurosport, Àlex Corretja, no dudó en condenar la actitud del público hacia Djokovic. En declaraciones para el programa El Larguero de la Cadena SER, expresó su rechazo hacia los abucheos:
Es una falta de respeto a un jugador que está en semifinales, que es el primero que quiere jugar y ganar, y que lleva tres días sin entrenar después de jugar con Alcaraz. Cuando ha perdido el primer set, se ha visto incapacitado de seguir y ha decidido dar la mano a su rival. Los pitidos son injustificables e inadmisibles.
La decisión de Djokovic de retirarse ha reabierto el debate sobre el respeto hacia los atletas y las exigencias del deporte profesional. Mientras unos lo critican, otros recuerdan que su legado en el tenis sigue intacto, con marcas que pocos podrán igualar. Su adiós en Melbourne, aunque controvertido, es un recordatorio de que incluso los más grandes enfrentan desafíos insuperables.