Publicado el 28/2/2025, 15:33:14 | Autor: Un cibernauta milenario
Si hay una regla no escrita en la Euroliga, es que el Clásico entre Real Madrid y Barça nunca decepciona. Pero esta temporada, la emoción dura hasta que el Real Madrid decide que ya ha sido suficiente y se lleva la victoria. Cuatro partidos, cuatro triunfos para los blancos. Si esto fuera un videojuego, el Barça estaría probando todos los trucos posibles sin encontrar la combinación ganadora 🎮.
El partido arrancó con más dudas que certezas. Ambos equipos venían de un parón y se notaba. Los primeros minutos fueron dignos de un torneo de barrio, con errores, imprecisiones y balones que parecían tener vida propia. El Barça fue el primero en despertar y, con un parcial de 2-9, comenzó a marcar territorio ⛹️.
Pero si algo ha quedado claro esta temporada, es que al Madrid no se le puede dar ni un metro de ventaja. En cuanto vieron que el Barça tomaba aire, Musa y Hezonja decidieron que ya era hora de activar el modo remontada. Un triple aquí, un mate allá y en un abrir y cerrar de ojos el marcador se igualó. Fin de la tregua 🔥.
Si alguien pensaba que el segundo cuarto traería espectáculo, se equivocaba. Hubo que esperar tres minutos para ver la primera canasta. Fue como si los dos equipos hubieran acordado jugar con los ojos cerrados, porque la pelota no quería entrar de ninguna manera. Al final, un par de triples maquillaron el desastre y nos fuimos al descanso con el Barça tres arriba 📉.
El tercer cuarto comenzó con la misma intensidad con la que empieza un lunes por la mañana. Nadie quería arriesgar demasiado, porque perder significaba complicarse la vida en la tabla. Pero cuando parecía que todo seguiría en la misma línea, llegó el momento en que Tavares decidió que era hora de ponerse serio 💪.
El pívot del Madrid se convirtió en una especie de muro inquebrantable. Cada rebote, cada balón dividido, cada jugada dentro de la zona tenía su nombre. En un momento del partido, acabó en el suelo luchando con Anderson como si estuvieran disputando una final de lucha grecorromana. Tras un forcejeo que duró más de lo recomendable, el caboverdiano se llevó la posesión y terminó la jugada con puntos. El público enloqueció 🎭.
Si alguien tenía dudas de qué significa pelear un partido, que revise el vídeo de Tavares en el suelo
El Madrid, crecido por el empuje de su afición, llegó a ponerse once puntos arriba. Todo parecía decidido, pero ahí apareció Parra para evitar el hundimiento total. Con un par de canastas importantes y sin perder la calma, el Barça logró llegar a los últimos minutos con opciones de llevarse el partido 🏀.
El marcador estaba 86-86 a falta de un minuto y veinte segundos. Un Clásico igualado, con todo por decidir. Fue entonces cuando Campazzo sacó su varita mágica y anotó una canasta clave. Luego, Tavares y Anderson se enredaron de nuevo, esta vez para disputar un balón dividido que terminó con el pívot del Madrid llevándose la posesión 💥.
El Barça falló en su siguiente ataque y, para rematar, Parker se llevó una técnica que permitió a Campazzo y Musa sentenciar el partido desde la línea de tiros libres. A pesar de los intentos desesperados de Anderson y Parra por darle vida al encuentro, ya era demasiado tarde. El Real Madrid cerró el partido con un 96-91 y reafirmó su dominio en los Clásicos de la temporada 🏆.
Con esta victoria, el Real Madrid y el Barça quedan empatados en la clasificación. Ambos equipos tienen opciones de entrar en playoffs, pero necesitan una buena racha en la recta final. La sensación en el Madrid es que pueden competir contra cualquiera, mientras que el Barça sigue en búsqueda de respuestas a demasiadas preguntas ❓.
Cuatro Clásicos, cuatro victorias para el Real Madrid. Si alguien en el Barça encuentra el antídoto para este problema, debería compartirlo cuanto antes. Mientras tanto, en Madrid pueden seguir celebrando que, pase lo que pase, esta temporada tienen al Barça completamente controlado 🤷♂️.