El drama de la vivienda es pagar una hipoteca o comer

Publicado el 6/2/2025, 7:03:23 | Autor: Un cibernauta milenario

Llaves de una casa sobre un plato vacío en una mesa

Adquirir una vivienda en España es un proceso que combina la emoción de una subasta, la paciencia de un monje tibetano y la resistencia de un corredor de maratón. No es que no haya casas, es que hay casas caras. Y no, no es lo mismo.

¿El problema? Que los jóvenes no ahorran… o eso dicen

Según algunos expertos, la culpa es de los jóvenes, que no tienen la sana costumbre de guardar dinero debajo del colchón como hacían sus abuelos. Hace años existían herramientas como las cuentas ahorro vivienda, pero ahora, con la cantidad de cafés con leche y aguacates que se compran, es imposible ahorrar. Porque claro, los pisos a 300.000 euros se pagan dejando de desayunar fuera.

Soluciones mágicas que nadie aplica

Ante esta situación, los promotores han sacado la varita mágica y propuesto algunas ideas revolucionarias:

Todo esto suena muy bien, pero luego llega la realidad, y la única opción viable sigue siendo seguir viviendo con los padres hasta la jubilación.

Construcción eficiente… o no

A esto se suma que el precio de construir viviendas ha subido un 20% desde la guerra en Ucrania. Lo curioso es que el precio no ha bajado después, pero tampoco pasa nada, porque la gente ya se ha acostumbrado a pagar más. Como bien dicen los expertos, si construimos más casas, costarán aún más caras. Porque claro, la ley de la oferta y la demanda aquí funciona al revés.

Si el coste de la vivienda sube, la solución lógica es… subirlo más.

Urbanismo eficiente: o cómo hacer un trámite en 20 años

La burocracia en España es un deporte olímpico. Para construir una urbanización puedes tardar más que en hacer una catedral gótica. Para cuando te den la licencia, los materiales de construcción ya habrán subido otro 50%, y tu plan inicial de hacer pisos accesibles se habrá convertido en apartamentos de lujo.

Algunos expertos proponen hacer crecer las ciudades hacia arriba en vez de hacia los lados. Claro, porque en un país donde se tarda años en aprobar un proyecto, lo lógico sería ponernos a construir rascacielos como si fuéramos Dubái.

Conclusión: el futuro de la vivienda es incierto (y caro)

Comprar una casa sigue siendo un reto para valientes. Entre precios desorbitados, burocracia interminable y soluciones que nunca llegan, el panorama inmobiliario es más una prueba de resistencia que una inversión. Así que si estás pensando en comprar una vivienda, suerte. La vas a necesitar.

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