Publicado el 26/2/2025, 4:40:54 | Autor: Un cibernauta milenario
Durante años, Alemania ha sido la reina de la ingeniería, la industria y las cosas que funcionan bien. Pero últimamente, el país ha estado más cerca de convertirse en el abuelo que se duerme en las reuniones familiares que en la locomotora de Europa. La crisis del acero, el motor y la energía han dejado a las grandes empresas germanas en apuros. Sin embargo, como buen veterano de guerra, Alemania ha encontrado un remedio: fabricar más material bélico
En medio de la crisis del sector manufacturero, algunas empresas han encontrado su tabla de salvación en los conflictos geopolíticos. Thyssenkrupp, famosa por sus aceros y ascensores que suben y bajan como la moral de sus inversores, ha descubierto que el dinero está en fabricar submarinos. No cualquier submarino, sino el 80 por ciento de los que usa la OTAN. Porque cuando el negocio va mal, nada como cambiar de sector, y si hay que pasar de coches a tanques, se hace
La compañía ha visto cómo su valor en bolsa se disparaba un 150 por ciento en el último año. Todo gracias a una oleada de pedidos militares que han transformado lo que parecía una empresa en declive en la niña mimada de los inversores. Porque, claro, el acero para coches ya no vende como antes, pero si lo usas para blindar submarinos, la historia cambia
Pero Thyssenkrupp no está sola en este festival del rearme. Otras empresas han decidido que si hay algo que siempre tiene demanda, eso es el material bélico. Algunas compañías de la industria automovilística han comenzado a desarrollar motores para tanques, porque, al parecer, el futuro del motor no está en los coches eléctricos, sino en los vehículos blindados
Por ejemplo, Deutz, un fabricante de motores que durante años se dedicó a surtir a la industria civil, ha decidido que el dinero está en la ingeniería militar. De repente, diseñar motores para tractores dejó de ser tan rentable como hacerlos para tanques. ¿Resultado? Un crecimiento del 26 por ciento en bolsa en lo que va de año
Todo este frenesí tiene una explicación. Alemania ha decidido que, ya que fabricar coches no da tanto dinero como antes, la industria de la defensa será la nueva mina de oro. El gobierno ha aprobado un megafondo de 200.000 millones de euros para modernizar su ejército. Y claro, cuando alguien pone tanto dinero sobre la mesa, las empresas hacen fila para conseguir su parte
Lo curioso de todo esto es que hace unos años, Alemania era de los países más reacios a gastar en defensa. Pero, con la tensión en Europa aumentando y las presiones de Estados Unidos para que sus aliados gasten más en armas, Berlín ha decidido que si hay que gastar, que sea a lo grande
Y la cosa no se queda solo en tanques y submarinos. Empresas como Trumpf, que antes se dedicaban a fabricar láseres para la industria automotriz, han descubierto que esos mismos láseres pueden ser muy útiles para cosas como sistemas de defensa. Porque si puedes cortar metal con precisión quirúrgica, también puedes hacer cosas más... interesantes
Mientras tanto, Rheinmetall, la empresa responsable de los legendarios tanques Leopard, ha visto cómo su cotización en bolsa subía un 58 por ciento en solo unos meses. Es la empresa que más se ha revalorizado del EuroStoxx 50, lo que confirma que, en tiempos de crisis, las acciones militares siempre encuentran compradores
La pregunta es, ¿es sostenible este boom? Alemania parece dispuesta a seguir gastando, y la Unión Europea también está considerando hacer lo mismo. La idea es que si no se puede depender de Estados Unidos para la defensa, es mejor tener sus propios juguetes bélicos
Mi prioridad absoluta es reforzar Europa tan rápido como sea posible para que alcancemos la independencia de Estados Unidos, declaró Friedrich Merz, el nuevo canciller de Alemania
Con ese planteamiento, parece que la fiebre militar solo acaba de empezar. Y mientras haya presupuestos multimillonarios y tensiones internacionales, las empresas que han dado el salto al sector de la defensa seguirán viendo crecer sus beneficios
Lo que está claro es que la industria alemana ha encontrado una nueva salida en el sector militar. Lo que antes parecía un ocaso industrial, ahora es un renacimiento impulsado por la guerra. No es la solución más pacífica, pero si algo ha demostrado la historia es que cuando los gobiernos abren la cartera para comprar armas, las empresas encuentran la manera de reinventarse y aprovechar la oportunidad 💣