Publicado el 31-01-2025 | Autor: Un cibernauta milenario
El Brexit sigue siendo un tema que divide profundamente a la sociedad británica. Aunque una amplia mayoría considera que ha sido un fracaso, el debate sobre regresar a la Unión Europea permanece enterrado. Los principales partidos políticos evitan incluso plantear la posibilidad de una vuelta al bloque.
Los liberaldemócratas han sido los únicos en sugerir una negociación aduanera, aunque esto no implicaría regresar de lleno a la UE. Su postura contrasta con el temor de los partidos tradicionales, que ven en el auge de Reform UK, liderado por Nigel Farage, una amenaza para sus votantes.
En este contexto, tanto conservadores como laboristas evitan cualquier movimiento que pudiera impulsar el crecimiento de la ultraderecha. Incluso las tímidas propuestas del actual gobierno británico se consideran insuficientes para revertir el impacto del Brexit.
A pesar de que la percepción sobre el Brexit es negativa, el cansancio generalizado ha frenado las discusiones sobre volver al bloque. Según sondeos de YouGov, más del 60 % de los británicos cree que salir de la UE fue un error, mientras que solo un 10 % defiende la decisión como un éxito.
Cuando se les pregunta sobre la relación comercial más deseada, la mayoría prefiere estrechar vínculos con la Unión Europea antes que con Estados Unidos, mostrando un interés pragmático, aunque lejos de una adhesión total.
Grupos como Bremain in Spain, liderados por ciudadanos británicos residentes en España, siguen abogando por mantener la esperanza de un regreso. Sue Wilson, su presidenta, señala que la población merece conocer las razones del gobierno para no abordar el tema.
La ciudadanía merece entender el razonamiento detrás de la posición del Gobierno. Adivino que será por el temor a romper las promesas de su programa electoral, dijo Wilson.
Wilson también destacó el miedo a reabrir heridas divisorias, aunque considera que evitar el tema es insostenible ante el caos que ha generado la salida del bloque.
El primer ministro ha optado por lo que denomina un reseteo de relaciones, proponiendo medidas de bajo impacto que, según expertos, no lograrán revertir los problemas económicos surgidos tras el Brexit.
John Springford, analista del Centro para la Reforma Europea, advirtió que estos ajustes no serán suficientes para cambiar el rumbo económico del país.
Así, el Reino Unido parece atrapado entre el descontento ciudadano, la prudencia política y el temor a resucitar antiguos conflictos.