Publicado el 5/2/2025, 22:29:21 | Autor: Un cibernauta milenario
Pedro Sánchez ha decidido tomar cartas en el asunto y no precisamente para jugar al solitario. El presidente ha advertido que el espacio digital se está convirtiendo en un salvaje oeste, donde los bots campan a sus anchas y la desinformación vuela más rápido que un meme viral.
En su intervención, Sánchez no dejó pasar la oportunidad de mencionar a la ya célebre tecnocasta. Según él, estos titanes digitales quieren el poder absoluto, sin regulaciones ni impuestos, como si fueran los villanos de una película de ciencia ficción. Lo preocupante es que, al parecer, la trama no es ficción.
Para poner fin a este descontrol, el Gobierno propone medidas firmes, como si fuera un sheriff recién llegado al pueblo:
El presidente recordó que todo este descontrol digital tiene un precio, y no solo en términos de datos personales vendidos al mejor postor. El crecimiento de los delitos digitales ya representa una parte preocupante del crimen global. Uno de cada cuatro jóvenes recibe solicitudes no deseadas, y los discursos de odio han aumentado más rápido que los precios del supermercado.
«Lo que sucede en el mundo digital tiene consecuencias en la vida real».
Según Sánchez, detrás de todo esto no hay solo despistes o casualidades. Hay estrategias claras, donde algunos países aprovechan el caos digital para debilitar democracias, mientras otros simplemente buscan monetizar la confusión.
Pero no todo está perdido. Sánchez ha asegurado que España, como buen país comprometido con el futuro, liderará la batalla por un internet más humano. Y para eso hay que hacer cosas muy serias, como crear navegadores propios y redes sociales europeas, porque si la comida tiene denominación de origen, ¿por qué no el internet?
Además, el Gobierno reforzará la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia para supervisar las plataformas digitales. O lo que es lo mismo, pondrán a alguien a vigilar para que los grandes de la tecnología no hagan lo que les venga en gana.
En definitiva, Pedro Sánchez ha dejado claro que no se va a quedar de brazos cruzados mientras internet se descontrola. Quiere regular, ordenar y garantizar que la red no sea un terreno sin ley. Algunos dirán que es una misión imposible, pero él parece dispuesto a intentarlo, aunque sea con un clic a la vez.
Y así, entre discursos, regulaciones y advertencias, el mundo digital sigue girando. La gran pregunta es: ¿será posible ponerle riendas a este caballo desbocado o solo quedará mirarlo desde la barrera mientras sigue corriendo descontrolado?
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