Publicado el 30-01-2025 | Autor: Un cibernauta milenario
El ambiente en la comisión de investigación del Parlamento canario sobre las compras de material sanitario durante la pandemia estaba cargado de tensión. El protagonista de esta sesión fue Víctor de Aldama, quien se presentó a declarar ante los miembros de la comisión, acompañado de su representación legal. Desde el inicio de la audiencia, Aldama dejó claro que no tenía intención de colaborar abiertamente con las preguntas, acogiendo su derecho a no declarar.
El silencio de Aldama en respuesta a las preguntas de los comisionados fue interpretado de manera diferente por los distintos miembros presentes. La portavoz del PSOE, Nira Fierro, acusó al empresario de proferir calumnias contra Ángel Víctor Torres, el actual ministro de Política Territorial, algo que Aldama había hecho anteriormente en los juzgados. La diputada aprovechó la ocasión para señalar que el silencio de Aldama era indicativo de su culpabilidad, sugiriendo que no se atrevía a mentir en la comisión por miedo a las consecuencias legales. Fue entonces cuando la tensión escaló.
Ante los reproches de Fierro, Aldama, visiblemente molesto, interrumpió la intervención de la portavoz con un rotundo "Vaya a lo que tiene que ir", lo que provocó una breve disputa verbal. El presidente de la comisión, Raúl Acosta, tuvo que intervenir para calmar los ánimos y garantizar el orden en la sala. "Para eso estoy yo", sentenció, tratando de retomar el control de la situación.
En el transcurso de la comparecencia, Aldama fue cuestionado acerca de su implicación en el caso de las mascarillas que su empresa, Soluciones de Gestión, había vendido al Gobierno canario durante la crisis sanitaria. Sin embargo, Aldama no dudó en desviar el tema, preguntando: "¿Pero estamos hablando del caso hidrocarburos o del caso mascarillas?" Su respuesta fue interpretada como un intento de cambiar el enfoque, un movimiento que aumentó aún más la tensión en la sala.
El caso hidrocarburos había sido uno de los grandes escándalos que implicaron a Aldama, quien había sido acusado de fraude por más de 200 millones de euros, lo que llevó a su ingreso en prisión. Este hecho fue recordado por Fierro durante su intervención, aludiendo a la gravedad de las acusaciones previas contra el empresario. Sin embargo, Aldama se mantuvo firme en su postura y, a pesar de las preguntas insistentes, se acogió al derecho de no declarar en varios momentos.
Mientras tanto, la comparecencia de Antonio Olivera, ex director del Servicio Canario de Salud y actual jefe de gabinete de Torres, ofreció otra perspectiva sobre las operaciones de compra durante la pandemia. Olivera, a diferencia de Aldama, se mostró más dispuesto a explicar sus acciones y decisiones durante ese periodo. Afirmó que la decisión de contratar a Soluciones de Gestión se basó en el "sentido común", dado que la empresa ya suministraba a otras instituciones, como los Puertos del Estado.
El ex director del Servicio Canario de Salud también defendió que no se adelantó ni un solo euro a la empresa, y negó que hubiera habido ningún tipo de trato preferencial. Sin embargo, se mencionó que había mantenido comunicaciones con Koldo García, asesor de José Luis Ábalos, para acelerar los pagos y asegurar que el contrato se cumpliera de acuerdo con los procedimientos establecidos.
Olivera también destacó que las circunstancias excepcionales de la pandemia obligaron a modificar los procedimientos tradicionales de contratación, lo que permitió la adquisición de material de manera urgente para hacer frente a la emergencia sanitaria. De acuerdo con sus declaraciones, no existió ninguna intención de aprovecharse de la situación. No obstante, su intervención también dejó claro que, a pesar de los contactos con empresas como Soluciones de Gestión, la decisión final sobre la contratación recayó en la Dirección General de Recursos Económicos, que validó los materiales ofrecidos.
En medio de todo este proceso, surgió otra acusación de Aldama, quien alegó que Torres le había exigido una comisión de 50.000 euros por facilitar el contrato. Esta denuncia fue rechazada rotundamente por Olivera, quien afirmó que nunca tuvo la sensación de que nadie quisiera aprovecharse de la situación. Sin embargo, las acusaciones de Aldama dieron lugar a un clima de sospecha que envolvió toda la investigación.
Para Olivera, la investigación en curso era una forma de "revisionismo" y un intento de atacar a su entorno político. En su intervención, el ex director del Servicio Canario de Salud subrayó que, dadas las circunstancias excepcionales de la pandemia, cualquiera en su lugar habría tomado las mismas decisiones, sin dudarlo.
"Cualquiera en mi situación hubiera hecho lo mismo con los ojos cerrados", aseguró Olivera, defendiendo su actuación durante esos días tan complicados para todos.
La comparecencia de Víctor de Aldama y Antonio Olivera ante la comisión de investigación ha dejado más preguntas que respuestas, y ha evidenciado la tensión política en torno a las compras de material sanitario en tiempos de crisis. Sin embargo, lo que parece claro es que, en una situación tan excepcional, las decisiones tomadas por los responsables públicos y privados fueron cruciales para afrontar los retos de la pandemia, aunque, como en todo proceso de emergencia, también surgieron dudas y controversias que aún están siendo investigadas.